Duelo

La muerte, un desencadenante de dolor común, nos afecta a cada uno de nosotros en algún momento de nuestra vida. La forma en que nos afligimos está determinada por varios factores, como nuestra relación con el difunto, nuestras creencias religiosas y nuestras experiencias previas con la muerte. Nuestro estilo de duelo, ya sea intuitivo (emocional) o instrumental (cognitivo), también es un factor contribuyente. Como sabemos, no hay una sola manera de llorar a un ser querido. El dolor y el sufrimiento que experimentamos pueden ser abrumadores a veces. Sufrir una pérdida y recuperarse del dolor son algunas de las cosas más difíciles que podemos hacer en la vida. Para la mayoría de las personas, el dolor puede seguir su curso de una manera sencilla; sin embargo, algunos de nosotros necesitaremos soporte adicional. Existen varios tipos de duelo que pueden requerir alguna intervención profesional, como duelo complicado, duelo traumático o duelo prolongado. Estos tipos de duelo están asociados con muertes que son eventos repentinos, violentos o traumáticos donde ocurren muertes múltiples. La terapia puede ser útil para avanzar en todo tipo de duelo.

Es posible que necesite ver a un terapeuta si tiene:
  • Pensamientos suicidas
  • Depresión implacable
  • Llanto incontrolable
  • Pérdida de apetito
  • Problemas para dormir
  • Ataques de pánico
  • Sentimientos de que tu vida no tiene sentido
  • Problemas para completar las tareas diarias
  • Aumento de la irritabilidad y la ira.
  • Sentimientos de desesperanza e impotencia.
  • Deseo intenso de tu ser querido
  • Ira lugares familiares con la esperanza de ver a tu ser querido
  • Evitar personas o lugares que te recuerdan a los difuntos
  • Comportamientos adictivos, beber más o apostar.
  • Falta de autocuidado
  • Problemas para creer que tu ser querido está muerto
  • Pérdida de identidad
  • Permanecer alejado de las interacciones sociales
  • Múltiples pérdidas en un corto período de tiempo.
  • Sentimientos de inutilidad.
  • Dolor persistente
  • Pesadillas frecuentes
  • Pensamientos intrusivos
  • La falta de un sistema de apoyo.
  • Un constante revivir la muerte
  • Enfermedades inexplicables como dolores de cabeza o dolores de estómago.
  • Estar escuchando voces que te asustan
  • Sentirse triste y desmotivado

Muchos de estos signos pueden ser normales en las primeras etapas del duelo, pero a medida que pasa el tiempo, se vuelven más problemáticos. Puede volverse más discapacitado, tener dificultades para funcionar y ser consumido por el dolor. Tener apoyo social es un factor importante para hacer frente a la pérdida. Cuando estamos solos, un terapeuta puede brindarnos ese apoyo. También puede haber cosas de las que quiera hablar que no quiera que otros sepan, o que le preocupe que lo juzguen. Un terapeuta es la respuesta. Si bien las actividades propias pueden ser beneficiosas, como escribir un diario o leer, también es importante contar con alguien para contar nuestra historia y validar nuestros sentimientos. Cuanto más apoyo y comprensión podamos obtener, más fácil será hacer frente.

Si siente que ha experimentado una gran cantidad de los signos anteriores, es posible que desee buscar un terapeuta. En Consejería Psicológica Efectiva podemos ayudar a aquellos que están de duelo.
Recuerde, hay ayuda y no tiene que llorar solo.
Llame hoy para concertar una cita.