Timidez

La timidez puede ser paralizante. Siempre preocupándose por lo que los demás piensan de usted, nunca estando seguro de cómo se encuentra, preocupándose de que la gente «vea» cómo es, de que piensen que es socialmente raro, inadecuado o extraño. (¿Me estoy sonrojando? ¿Se han dado cuenta? Oh, Dios, ¿por qué dije eso, sonaba estúpido? ¡Oh, por qué mi lengua está trabada ahora? ¡Oh, esta persona ni siquiera me está escuchando! Etc.), y luego analizando cada pequeño detalle. Sin mencionar la ansiedad anticipatoria que acompaña a los eventos en los que imaginas que serás el centro de atención (¡Estaré tan nervioso! ¡Haré un espectáculo de mí mismo! ¡La gente se burlará de mí! ¡Estoy aburrido! ¡Nadie! realmente me gusta! …), días preocupantes, semanas o incluso meses antes de una situación que temes. Todo el tiempo pensando cosas sobre ti como: «No soy normal», o «No soy atractivo» y así sucesivamente …


Puede que le resulte muy difícil relajarse e interactuar con las personas, ya que constantemente está vigilando y mal interpretando las reacciones de otras personas hacia usted, a menudo percibiendo críticas donde ninguna fue intencionada. La vida se vuelve problemática y abrumadora cuando se rige por nuestra preocupación de lo que la gente piensa de nosotros … Agregue ‘pensamiento de demanda’ de ‘deberes, deberes y deberes’ y estamos en un gran problema (debo ser gracioso como ellos, yo debería verme genial, debería ser interesante e inteligente … y así sucesivamente).


Una persona tímida sufre de un laberinto interminable de preocupaciones y miedos –percepción de situaciones y eventos sociales como un peligro o riesgo– en lugar de una oportunidad para la interacción humana y la diversión.

Cuando se encuentra en situaciones sociales, es posible que se evalúe constantemente a sí mismo y a otros que lo perciban y reaccionen a usted, siempre con un sesgo negativo, descartando lo positivo … no puede involucrarse completamente con los demás, ya que está ocupado analizando reacciones o preparándose qué dirá y cómo lo dirá cuando sea su turno de hablar. Siempre sobreanalizando y malinterpretado lo que está sucediendo, centrándose en todas las pequeñas pausas, mirando por encima del hombro, pequeños momentos incómodos … y así sucesivamente
La timidez extrema o la ansiedad social incluyen molestias emocionales y fisiológicas; esto provoca un comportamiento evasivo y una atención excesiva y centrada en sí mismo. Es una condición que se puede ayudar de manera muy efectiva con la Terapia Racional Emotiva Conductal que nosotros utilizamos.